Las soluciones de IoT permiten a las empresas crear un entorno ecosostenible y alcanzar la neutralidad de carbono en 2050 al ayudarles a ahorrar energía y utilizar fuentes de energía naturales desaprovechadas.
Por ejemplo, los sensores de captación de energía que utilizan los dispositivos de IoT pueden utilizar fuentes de energía naturales como las ondas de radiofrecuencia o la luz para obtener energía. Gracias a ello, no necesitan alimentación eléctrica ni baterías. Al no tener cables ni interruptores, se necesita menos mano de obra y, como consecuencia, también menos transporte.
Según un informe del Foro Económico Mundial, lo que se ha bautizado como energía inteligente permitiría aumentar la eficiencia, reducir el precio del kW y aumentar el uso de energías renovables en el mix energético, lo cual podría suponer un ahorro de más de 1,3 billones de MWh de aquí a 2030.